dilluns, 6 de juliol del 2015

Día 5: un sábado con el hombre forzudo

Hoy la Humildad ha despertado a Castell entre pan con nocilla y leche con colacao caliente.
Los deportes han destacado por los múltiples cánticos de animación, mucha deportividad y calor, pero ganas de pasarlo bien entre los diferentes componentes que viven en las caravanas.
La piscina nos ha  abierto el mejor de los apetitos: arroz a la cubana, ternera con salsa y una refrescante sandía. Los artistas circenses se han atrevido a inagurar un nuevo taller: instrumentos musicales, donde el hombre forzudo ha demostrado sus otros dotes como músico y ha despertado las ganas de dar aún más ritmo a nuestra carpa.
En vida de patrulla, niños y monitores han unido sus mentes creativas para preparar una sorpresa que os revelaremos pasado mañana.
Por la noche el hombre forzudo les ha sorprendido de nuevo, esta vez mostrando su ignoracia: como siempre ha sido el más fuerte de todos, no conocía la existencia de la humildad, pero desde que ha perdido la fuerza se ha dado cuenta de lo importante que es. Los niños han decidido ayudarle poniendo a prueba sus habilidades en la gymkana de jefes.
Por último, y gracias a la ayuda de todos, les ha sorprendido la aparición del mago que ha logrado, con sus poderes y la confianza de todos los niños y del propio hombre forzudo, que éste pueda levantar de nuevo su pesa.

Qué bien aprenden nuestros pequeños soñadores la humildad:
'Hoy mi monitor me ha dado su San Jacobo porque yo no tenía para cenar' Gerard Ristol

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